Ovejas de mi rebaño, les bendigo. Este tiempo de gracia donde mi amor y misericordia se continúan dando para transformar a las almas, es de gran consuelo y alivio para mi pueblo. 

Por amor, purifico a la humanidad para que no se desvíen del camino del bien, porque el mundo vaga en falsas felicidades y perdiciones que sólo conducen a la muerte eterna.

Vengan con suma confianza y refúgiense en mi Sagrado Corazón, estén en Mí y Yo en ustedes y su fe será fortalecida para que puedan perseverar en los tiempos de dificultad, porque el enemigo del alma busca arrancar del corazón de mis ovejas la fe, la esperanza y la caridad para así confundirlas y llenarlas de pesimismos, tristezas y angustias, porque quiere devorar sin piedad a las almas que he rescatado a precio de Sangre. 

Por eso permanezcan en Mí, hagan vida mis palabras, frecuenten los sacramentos y oren con mucha confianza, quién permanece en Mí y Yo en él, no debe temer al enemigo, ni a sus planes de maldad. 

Las almas que se dejan conducir por mi amor y misericordia me hacen muy feliz porque son almas sencillas que hallan su felicidad en mi Corazón y en las cosas del Cielo, todo lo hacen por el amor que me tienen y allí obtienen la fuerza y la recompensa para hacer el bien al prójimo y se mantienen firmes sin sucumbir o desanimarse ante los ataques mundanos.

Rebaño de mi corazón te amo, te llevo grabado en mi corazón, ven y toma de las fuentes de gracias que brotan de mi Sagrado Corazón.

Les bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo que soy y del Espíritu Santo. Amén.