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Mensaje de San José

Entre ustedes estoy orando, asistiéndoles en todo momento con gran cariño y amor filial, porque Dios Padre me ha constituido custodio y guardián de las familias, gran protector y defensor de la Santa Iglesia. Les habla San José, padre del siempre hermoso y glorioso Jesús y esposo de la Inmaculada María Santísima.

Los invito a orar cultivando el silencio interior, para poder escuchar en lo más profundo de sus corazones, la Santísima voz de Dios. 

Hoy el mundo vive entre el ruido y entretenido en las cosas temporales y pocos se ocupan de cultivar la vida interior.

¿Cómo podrán contemplar a Jesús, que se encarnó por obra y gracia del Espíritu Santo, en el vientre purísimo de la Santísima Virgen, si permanecen distraídos olvidando a quién verdaderamente es importante?.

Es momento de detenerse a pensar, que la razón de la Navidad está en Jesús, ante Él se deben reunir las familias en la santa noche de la Navidad, para contemplar y adorar el nacimiento del Redentor.

¿Cómo pueden estar los pueblos celebrando la Navidad sin Jesús?. Esto simplemente no tiene sentido, han expulsado al centro de la alegría, al mismo autor de la vida. 

Como padre de Jesús, les exhortó a vivir la Navidad con Jesús, a que profundicen en el misterio de la redención y den gracias a Dios Padre, que ha mostrado a su único Hijo y lo dado al mundo para la salvación de toda la humanidad.

La única forma de contemplar al Divino Niño Jesús es por medio del silencio, siendo humildes y despojándose de toda arrogancia y soberbia.

Que sus corazones se conmuevan al ver la sencillez y la grandeza de mi amado Jesús, acostado en un pesebre y envuelto en pañales.

Traigan de ofrenda al Señor sus corazones y sus profundas convicciones de cambiar y de enmendarse, abandonando toda cosa que no agrada a Dios, vengan con humildad y doblen sus rodillas ante el redentor.

Enseñen a los más pequeños de la casa el verdadero sentido de la Navidad, porque los niños deben conocer desde el primer momento a Jesús el Señor, para que puedan amarle de corazón.

Con gran amor les bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.