El Angel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo». Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Angel le dijo: “No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús”… María dijo entonces: “Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho”.
Testimonio del instrumento:
El 16 de enero del año 2020, al comenzar el día, encendí una vela a la Santísima Virgen en mi lugar de oración, y luego me dispuse a realizar las actividades cotidianas del día. En horas de la tarde, luego de realizar el rosario a la Santa Madre de Dios y permanecer unos instantes en oración y silencio, cerré los ojos.
En ese momento percibí un resplandor de luz, que iluminaba con una intensidad diferente a la luz que emanaba la vela encendida. Al abrir mis ojos, pude darme cuenta que el destello de luz surgía de un pequeño fragmento derretido de cera, resplandor que se podía diferenciar de la luz que generaba la llama.
Ante el asombro de lo que estaba sucediendo, apagué la vela para poder detallar aquella figura que se había formado a partir de la vela. En ese instante la Santísima Virgen me habla y confirma lo que estaba ocurriendo, me indica que acogiera con alegría este regalo del Cielo.
Con la emoción de lo que acabada de escuchar, me acerqué y pude observar que el fragmento de vela, tenía la forma de la silueta de la Santísima Virgen embarazada.
Busqué un algodón para desprender ese fragmento de la vela original y coloqué la pequeña silueta en una cajita de madera, rodeada de algodones para protegerla y mantenerla dignamente. La cual conservé con agradecimiento y reverencia en mi lugar de oración.
Al pasar los meses, surgió la iniciativa de pintar a la Santísima Virgen embarazada, según los rasgos generales de la silueta. Para ello, se examinó la silueta de cera, ayudado con una lupa debido a su pequeño tamaño.
Fue una sorpresa para los presentes, al observar que en el interior de la silueta, se podía notar detalles definidos de los rasgos de Nuestra Señora, su rostro de perfil, su corazón en el pecho, algunas líneas de su manto, su cabello e incluso la forma de un lirio entrelazado en su cabello.
Con mucho agradecimiento por este hermoso regalo, se hizo la representación de la Santísima Virgen, partiendo de las dimensiones de la silueta.
Ocurrió durante la elaboración del cuadro, que la Santísima Virgen confirmó su deseo, de incluir una base de lirios sobre el cual ella descansa y de colocar en las esquinas superiores del cuadro, ramilletes de lirios y toda rodeada de nubes.
Así es como nace esta representación de la Santísima Virgen María Santuario de Esperanza en la dulce espera, a quien se agradece, se glorifica y se enaltece por haber accedido libremente a ser la Madre del Salvador, del Mesías, del Señor: nuestra esperanza.