Que la paz esté con ustedes, amado rebaño.

Aquí estoy delante de ustedes con los brazos abiertos para recibirlos, para que vengan a descansar en mi Corazón que es amoroso y misericordioso. 

Deseo tanto que se dejen moldear por Mí y hagan vida mis enseñanzas, deseo que las almas vengan a tomar de los manantiales de gracias que están contenidos en mi Sagrado Corazón. He aquí que vengo a sanarlos y a restaurarlos, vengan con toda confianza, no teman, contemplen mis manos, mis pies y mi costado, llevo estos signos de amor expresados en la Cruz del calvario, cuando derramé hasta mi última gota de sangre para redimir al género humano.

No se inquieten ante las contrariedades y dificultades de la vida, abran sus corazones y confíen, les llevo en mis hombros y cuido de cada uno de ustedes, sé dar lo necesario de forma oportuna a cada uno de los que el Padre me ha confiado.

Sean luz para aquellos que aún no me conocen, den testimonio de todo cuando les he dado a conocer.

Oren al Padre tal como les he enseñado, oren para no caer en la desesperanza, oren para que reciban las gracias que están reservadas y que solo son concedidas en la oración, en el diálogo sincero y confiado.

Con amor eterno, los amo.

Reciban mi bendición en el nombre del Padre, del Hijo que soy y del Espíritu Santo. Amén.