Permanezcan en Mí y darán frutos abundantes, Yo soy el oasis verdadero, permanezcan en mi amor y podrán contemplar los tesoros abundantes que se renuevan cada día.

Miren mis manos, mis pies y mi costado, estas heridas de amor son el alto precio que pagué para rescatarlos del pecado y de la muerte, he derramado hasta la última gota de mi sangre para que tengan libertad. 

Les he mostrado mi Corazón que se dona a ustedes sin reserva alguna, en la Cruz está mi declaración de amor y misericordia para toda la humanidad.

Los invito a recurrir continuamente a mi Madre Santísima, para que Ella los lleve continuamente a contemplar las alturas del calvario y los misterios de la Cruz. ¿Quién mejor que ella para conducirles a mi corazón sacramentado?, ámenla con gran convicción, ella es Madre, corredentora y medianera de todas las gracias.

Amado rebaño, he venido a sanar sus corazones a levantarlos de la tristeza, a conducirlos a la casa de mi Padre, junto a Mí nada deben temer porque los llevo custodiados en la herida de mi costado, dónde brotó sangre y agua para todo el género humano.

Yo soy el Pan vivo que ha bajado del Cielo y mi Corazón derrama abundantes bendiciones, para todos los que me invoquen e imploren por los méritos de mi Eterna Juventud.

Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo que soy y del Espíritu Santo. Amén.