Espiritualidad
Amor y Misericordia
Amor y Misericordia
Desde el Amor y la Misericordia de Dios cada integrante de la Fraternidad Misionera de Jesús y María debe esforzarse cada día por: dejarse amar por Dios, cumplir sus mandamientos, obrar siempre y no esporádicamente con misericordia y valorar en primer lugar la dignidad del hombre creado por Dios y redimido por Cristo.
El Amor de Dios
El Amor de Dios
Vivir el Amor de Dios al dejarse amar por Él, con una confianza infinita y con la esperanza que mire nuestra pequeñez e indigencia y la transforme por su gracia en la morada permanente de su presencia y así darlo a conocer a los demás. Fundamento que nos invita a permanecer en gracia y con el auxilio de Dios cumplir sus mandamientos “Como el Padre me amó, también Yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor…”(Jn 15, 9-10).
La Misericordia de Dios
La Misericordia de Dios
Vivir la Misericordia de Dios asumiendo una actitud constante orientada por el amor misericordioso y no por obras esporádicas de misericordia. Fundamento que nos lleva a tomar en cuenta en primer lugar la dignidad del hombre en virtud de su creación (dignidad que es dada por Dios) y de su redención (dignidad destacada por Cristo) y posteriormente las necesidades corporales y espirituales.
8 claves para vivir la espiritualidad de la Fraternidad Misionera
8 claves para vivir la espiritualidad de la Fraternidad Misionera
Descargar
Esquema de la Fraternidad
Mensaje de Jesús para la Fraternidad Misionera
Mensaje de Jesús para la Fraternidad Misionera
Son Fraternidad Misionera porque bajo este hermoso don se ponen en camino para ser testimonios vivos de mi Evangelio, siendo sal del mundo y luz de la tierra, todos caminando de la mano de la Inmaculada siempre Virgen María y junto a Mi, sumergidos con absoluta confianza en nuestros Purísimos y Santos Corazones, porque nuestros Corazones son refugio y escuela perfecta de santidad para ser almas conformes a la Voluntad de Dios Padre, todo esto viviéndolo desde el carisma del Amor y la Misericordia.
El amor de Dios Padre que es manifestado en su obra creadora, en el amor con detalles que tiene para con cada uno de sus hijos. En el amor profundo que unió el Corazón de mi Madre y el mío en el momento de mi encarnación, que fue llevado a plenitud en la Cruz del Calvario con mi sacrificio nuevo y eterno para la redención de las almas. También en el amor corredentor y medianero de mi Madre María, pues Ella cooperó arduamente en el misterio de la redención desde su Inmaculada Concepción.
Esta vivencia profunda del amor de Dios Padre, la unidad de Nuestros Santos Corazones y el amor corredentor y medianero de mi Madre Santísima, debe ser hecha vida para con el prójimo, siendo atentos con el más necesitado y siendo unidos en la hermandad que les une como hijos y miembros de la Santa Iglesia Católica.
Y la vivencia de la misericordia porque en el momento sublime de mi sacrificio en la Cruz, cuando entregué mi espíritu al Padre habiendo consumado la obra redentora, mi Corazón fue traspasado por la lanza y de él brotó sangre y agua que es la misericordia misma para todas las almas, mostrando el Rostro Vivo del Padre que es compasivo y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad y misericordia.
Vivan sumergidos en las fuentes de mi misericordia y sean misericordiosos, pidan al Santo y Divino Espíritu el tener siempre y todo momento un corazón misericordioso para con el prójimo.
Todo este don tan grande movido por la Voluntad del Padre vívanlo con agradecimiento y con mucho gozo, esta obra dará muchos frutos y hará mucho bien al mundo.
Trabajen fortalecidos con una esperanza inquebrantable por el Triunfo del Inmaculado Corazón de mi Madre y por el Reinado Eucarístico de mi Sagrado Corazón. Propaguen la advocación de mi Madre María Santuario de Esperanza y la mía Jesús Eternamente Joven.
Realicen con perseverancia la Colmena de Santidad, que es consuelo y bálsamo para Nuestros Santos Corazones, esta Santa Colmena les mantiene en vela y en continua oración como las vírgenes prudentes del evangelio y adheridos a Nuestros Corazones que son refugio seguro y escuela de virtudes.
Los amo tanto pequeñas ovejas, los llevo inscritos en mi Corazón. Ánimo y mucha fe, no tengan miedo, con amor eterno los amo y les expreso mi misericordia.
Les bendigo desde mi Eterna Juventud en el Nombre del Padre, del Hijo que soy y del Espíritu Santo. Amén.