Mensaje de María Santuario de Esperanza
- 22 de Febrero de 2021
Amadísimos hijos, en este tiempo de forma muy especial los invito a realizar un profundo examen de conciencia, pidan al Santo y Divino Espíritu que los ilumine para que puedan mirar desde muy adentro de sus corazones.
Es tiempo de reconocer todas aquellas faltas que ofenden a Dios y que los hieren profundamente. Es necesario que vivan la conversión verdadera, que no se quede en solo palabras, que la conversión se forje cada día como un camino para alcanzar la Santidad, para así vivir en plenitud sumergidos en la Santa Voluntad de Dios.
Recurran confiadamente al Sacramento de la Reconciliación y no se reserven nada, vayan a los brazos misericordiosos del Padre, presente en este sacramento.
No se cansen de luchar, no permitan que sus debilidades les robe la esperanza, más bien, vayan y beban de la fuente del amor y la misericordia que brota constantemente del Corazón Eucarístico de mi Divino Hijo.
Permanezcan en continuo estado de gracia, para que así, Dios pueda obrar grandes cosas en ustedes y serán testigos de cómo sus lamentos serán cambiados en danzas.
Hoy veo con mucho dolor como la humanidad aún permanece de espaldas a las enseñanzas de mi Divino Hijo, sufro mucho al ver a las familias divididas por el odio y la intolerancia, veo con tristeza como se manipula el don de la vida, por eso aquí estoy entre ustedes mis niños, luchando para que todos atiendan al llamado de Dios y siembren amor en esta humanidad doliente, sean testimonios vivos del amor de Dios, que es eterno.
A todos los que escuchan mis mensajes, los invito a que den sin temor una respuesta confiada al llamado que les hace mi Divino Hijo, miren que hay mucho por hacer en su viña, es tiempo de corresponder a Dios no de palabras, sino con obras.
Las gracias que han sido depositadas en la Fraternidad Misionera son abundantes y harán mucho bien para mayor gloria de Dios y el bien de las almas, pues esta hermosa misión ha sido constituida en un ejército firme que luchará bajo el estandarte del Sagrado Corazón de mi Hijo y de mi Inmaculado Corazón.
Es preciso que esta hermosa obra se continúe dando a conocer, para que muchas almas sean iluminadas y enriquecidas con los tesoros abundantes que se hallan en el amor y la misericordia de Dios.
Estoy continuamente con ustedes, reciban mi bendición maternal, amorosa y protectora en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.