RESEÑA

Revelación privada.

La doctrina de la Iglesia Católica distingue la revelación pública de las revelaciones privadas por su esencia, siendo que la única revelación pública, definitiva y completa ha concluido con Cristo.

En Él, Dios ha dicho todo y ha hallado su expresión literaria en las dos partes de la Biblia: el Antiguo y el Nuevo Testamento.

Nuestro Señor Jesús, en sus palabras de despedida, le dice a sus discípulos: “Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora. Cuando venga el Espíritu de la Verdad, Él los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo. Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes” (Jn 16, 12-14).

Las revelaciones privadas no deben considerarse complemento de la revelación definitiva de Cristo, sino más bien, una ayuda para nuestra fe, siempre y cuando se remita a la única revelación pública. Como nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica: “A lo largo de los siglos ha habido revelaciones llamadas «privadas», algunas de las cuales han sido reconocidas por la autoridad de la Iglesia.

Estas, sin embargo, no pertenecen al depósito de la fe. Su función no es la de «mejorar» o «completar» la Revelación definitiva de Cristo, sino la de ayudar a vivirla más plenamente en una cierta época de la historia. Guiado por el Magisterio de la Iglesia, el sentir de los fieles (sensus fidelium) sabe discernir y acoger lo que en estas revelaciones constituye una llamada auténtica de Cristo o de sus santos a la Iglesia”. (CIC n. 67).

El 29 de marzo del año 2009, ocurrió en Venezuela, la primera manifestación de Jesús Eternamente Joven. En esa primera ocasión, Nuestro Señor Jesús se presentó a su instrumento mostrando su Sagrado Corazón, con rasgos de juventud y con las heridas de la Cruz en manos y pies. 

Jesús Eternamente Joven estaba acompañado de dos jóvenes, ubicados a su derecha e izquierda, a quienes abrazaba. De su Sagrado Corazón brotaban gracias, visiblemente en forma de rayos e luz, que estaban dirigidas al mundo, el cual estaba bajo sus pies.

En sus primeros mensajes, comunica a su instrumento la petición de hacer pintar una imagen tal como lo podía ver y así, darlo a conocer al mundo entero. Los mensajes de Jesús Eternamente Joven, de carácter privado, son un llamado amoroso a la conversión y oración.

Seguidamente, el 12 de junio del año 2010, ocurre de forma similar la primera manifestación de María Santuario de Esperanza. La Santísima Virgen se presenta con el Niño Jesús en brazos, para resaltar su misión maternal como templo y santuario de Jesús, quién es nuestra verdadera esperanza. Sus mensajes, igualmente de carácter privado, invitan siempre a la oración y a vivir la Santa Voluntad de Dios con profundidad, alegría y convicción.

Las manifestaciones de Jesús Eternamente Joven y María Santuario de Esperanza siguen ocurriendo hoy en día, por misericordia de Dios. Los mensajes que recibe el instrumento, son comunicados al público a través de los medios oficiales de la Fraternidad Misionera de Jesús y María.

El instrumento vive bajo el estado de vida de laico consagrado y fue llamado desde el inicio de las manifestaciones como Apóstol de la Misericordia. Apóstol quiere decir enviado: enviado a propagar el mensaje de Nuestro Señor a la humanidad. En el año 2019, Jesús Eternamente Joven, agregó a dicho nombre el Amor, llamando a su instrumento desde entonces Apóstol del Amor y de la Misericordia.