Paz a ustedes mis muy amados pequeños, hoy me dirijo a toda la humanidad entera. Les invito a que vengan con suma confianza a mi Sagrado Corazón, Yo soy el Buen Maestro, que les quiere enseñar para que sean verdaderos testigos de la verdad, mensajeros de la Buena Nueva de Salvación. Ustedes son mi ejército consagrado a la luz que emana de mi Corazón Eucarístico, correspondan pues a esta gracia que se les concede. 

El mundo está cubierto en tinieblas, ustedes deben encender la luz en todo los confines de la tierra, para que las tinieblas sean disipadas. Anuncien el tiempo de misericordia y de gracia que le concedo a la humanidad entera. Deben ser testigos y predicadores de mi Evangelio, para que todo el que los escuche sea testigo de esta realidad de salvación. 

Hago un llamado a la verdadera conversión de corazón, abandonen su estado de pecado y caminen hacia la vida de gracia, sean santos como mi Padre Santo es. Sean  pescadores de hombres, sean testigos verdaderos de mi amor, deben luchar contra las fuerzas oscuras que dirigen este mundo, no tengan miedo, cuentan con mi asistencia, poder y protección. 

Recuerden en todo momento, que Yo he vencido al mundo. Les doy mi bendición, en el nombre del Padre, del Hijo que soy y del Espíritu Santo.  Amén.