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Cuadro Jesús Eternamente Joven

Mensaje de Jesús Eternamente Joven

Amado rebaño de mi Corazón, pido ardientemente que oren por los sacerdotes: ministros que he constituido para edificar y fortalecer a mi Iglesia.

Oren por mis ministros, para que se fortalezcan en la fe y puedan configurarse cada día con mi Sagrado Corazón que es Eternamente Joven. 

Ante todo, siempre tengan entrañas de misericordia y no sean indiferentes ante las necesidades de mis siervos. Oren por aquellos, que por distintas circunstancias han dado paso al desánimo y a la frialdad.  

Necesito de almas que oren por mis siervos, para puedan vencer las dificultades y contrariedades. Oren para que perseveren en la gran misión que les he encomendado. Hay tanta necesidad en mi pueblo y necesito de sacerdotes que den testimonio de mi amor y misericordia, que puedan llevar mi luz a muchos corazones.

Oren para que mis siervos sean santos y para que con el ejercicio continuo del ministerio sacerdotal, puedan santificar a mi pueblo. Oren para que sean fortalecidos en la fe y para que así con firmeza puedan renunciar a las comodidades del mundo.

Deseo tanto que mis sacerdotes resplandezcan y sean dispensadores de las gracias que he confiado a mi Iglesia.

Mi corazón es traspasado y golpeado cuando mis siervos se dejan confundir por el enemigo y terminan alejándose de Mí. Pido a mis siervos que permanezcan en fidelidad, Yo nunca abandono a mis ministros y también mi amor y misericordia es para con ellos.

Mis sacerdotes están llamados a servir a mi pueblo, deben ser los primeros en servir, nunca deben escandalizar, ni mucho menos herir al rebaño que les he confiado, quiero de mis ministros, humildad y que hagan vida mis enseñanzas.

Desde mi Corazón brotan manantiales de bendiciones para mis ministros. Quiero imprimir mis Sagradas Llagas en ellos, para que puedan madurar y llevar a plenitud la unión conmigo. Mis siervos están llamados a ser sacerdotes, víctimas y altares, de manera que quién los vea, me vean a Mí, que me he dado por amor sin reservarme nada, para redimir y salvar a mi pueblo.

Les bendigo en el nombre del Padre, del Hijo que soy y del Espíritu Santo. Amén.