Fraternidad Misionera: Ejército del Sagrado Corazón de mi Hijo y de mi Inmaculado Corazón, están llamados a ser luz del mundo y sal de la tierra, a que con sus vidas den testimonio del amor y la misericordia de Dios, en estos tiempos de forma muy especial donde el mundo vive de espaldas a Dios, deben dar la buena batalla por el Reino de los Cielos, defender el don de la vida y de la familia, rechazar y hacer frente a las ideologías infernales que buscan la perdición eterna de las almas.

Es necesario hijos míos, que portando el estandarte de Nuestros Corazones luchen constantemente contra el relativismo, el ateísmo práctico y la cultura de la muerte, sean antorchas encendidas, vivan en profunda comunión con la Santa Iglesia.

Mi muy amada Fraternidad Misionera, ejército de Nuestros Corazones, vale la pena responder con generosidad a la llamada de Dios, correspondan con confiado abandono al designio del Padre, el campo que se les ha confiado reside en la oración, en la vivencia del Santo Evangelio y la Espiritualidad del amor y la misericordia de Dios, evangelicen con el testimonio.

Como Fraternidad Misionera de Nuestros Corazones deberán esforzarse por vivir el ideal de santidad y la búsqueda continúa para corresponder y profundizar tan hermosa vocación a la que están llamados todos los cristianos.

La vivencia concreta del amor y la misericordia de Dios es un camino perfecto de santidad que conduce al Cielo.

Así pues les animo pequeños, les acompaño en todas sus luchas, batallas y necesidades, no tengan miedo y vivan con profunda alegría, celebren con gozo el Don del Espíritu Santo, sean generosos, humildes, compasivos y misericordiosos, den de comer al hambriento y de beber al sediento. Mi Corazón Inmaculado triunfante prepara el Reinado del Corazón Eucarístico de mi Hijo.

Los amo mucho. Reciban mi bendición maternal, amorosa y protectora en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.