Queridos hijos les bendigo, manténganse en unidad pues en estos tiempos el enemigo del alma quiere dividirlos para así poder sembrar cizaña entre ustedes. Por eso hijos míos he venido a visitarlos bajo el estandarte de María Santuario de Esperanza, devoción que deben extender en cada rincón del mundo, pues deben conformar un ejército sólido para vencer las asechanzas de mi adversario.

La Santa Iglesia será sacudida, pero de cierto les digo, que Yo como Madre de ustedes no voy a permitir que la Santa Iglesia sea herida por los dardos de satanás. Recuerden que la Santa Iglesia está fundamentada sobre Pedro y ustedes conforman el cuerpo místico de Cristo, cuya cabeza santa es Jesús y el Espíritu Santo consolador la vivifica.

Sean unidos hijitos en el amor de Dios, sean promotores de la cultura de la vida para así vencer la cultura de la muerte que quiere adentrarse en el mundo. Ustedes mis pequeños deben vivir la unidad, pues en la unidad está Dios. 

En ustedes debe reinar la justicia, la paz y el gozo en el espíritu, no permitan que sus almas abran paso a la división, sean uno en Jesús, abandonen completamente toda rencilla y murmuración, pues ustedes son embajadores del Reino de los Cielos, en el mundo golpeado por el pecado.

Por eso ustedes deben de gloriarse en la Cruz de Jesús, pues por medio de ella se alcanzó la redención de los pecados, el sacrificio de Jesús selló una alianza nueva y eterna.

Les doy mi bendición maternal, amorosa y protectora en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.