En estos tiempos Dios ha querido que los visite, presentándome bajo la advocación de María Santuario de Esperanza. Los tiempos que viven mis pequeños son muy difíciles pues el enemigo está causando estragos en el corazón de los hijos de Dios, pero claro está, que el enemigo del alma está vencido. 

Vengo con Jesús en brazos y con mi Inmaculado Corazón a preparar a mis hijos para la Batalla Espiritual de los últimos tiempos, batalla que desde ya, está ganada pues Jesús los rescató a precio de Sangre.

Yo como Santuario de Esperanza vengo por todos mis hijos para liberarlos de las asechanzas de mi adversario y este sabe muy bien que mi Maternal, Inmaculado y Humilde Corazón, viene en auxilio para todos mis hijos y que al fin mi Inmaculado Corazón triunfará y así el mal será borrado de la faz de la tierra.

Así pues hijos míos, atiendan a mi llamado maternal, los invito a que se conviertan de corazón y busquen a Dios con corazón quebrantado, para que Él los restaure con su amor y así sean verdaderos testigos de su verdad.

Les doy mi bendición maternal, amorosa y protectora en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.