Muy amadas ovejas de mi rebaño, mi Corazón Eucarístico que es Eternamente Joven traspasado por la lanza en la Cruz del calvario, derramó sangre y agua, torrentes de misericordia infinita para todas las almas.

¡Oh cuánto deseo que las almas vengan a tomar de los manantiales copiosos de Misericordia infinita que están en mi Corazón!, deseo tanto de almas que sean adoradoras en espíritu y verdad, que vivan la coherencia del Evangelio.

Busco almas reparadoras que desagravien mi Corazón, ante tantas ofensas que recibe de parte de aquellos que no me aman, tengo sed de almas humildes, sencillas y pequeñas que se dejen inundar por mi amor infinito, porque de cierto les digo, que así como mi Padre me ama, Yo amo a toda la humanidad y tengo los brazos abiertos de par en par para recibir a mis ovejas y llevarlas a descansar en las moradas de mi Padre y Padre de todos ustedes.

Rebaño de mi Corazón que he comprado a precio de Sangre, recuerden siempre que son hijos de Dios y que deben vivir a plenitud día a día tan grande dignidad, no sean esclavos del pecado, pues el pecado busca desfigurar este don tan grande, más bien, sean testimonios vivos de mi Palabra, siendo luz para tantos otros que aún tienen el corazón endurecido. 

Mi Corazón Eternamente Joven, derrama caudalosas bendiciones de forma muy especial en estos tiempos, pidan amados de mi Corazón por los méritos de mi Eterna Juventud y nada les será negado, siempre y cuando lo que pidan contribuya en su camino de santificación.

Los amo. Les bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo que soy y del Espíritu Santo. Amén.