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Cuadro María Santuario de Esperanza

Mensaje de María Santuario de Esperanza

Mis muy amados hijos, siempre les acompaño en el caminar, no están solos, mi corazón Inmaculado es su refugio, perseveren en el camino de la Santidad.

Es preciso que dispongan sus corazones para recibir la gracia de Dios y que anhelen en todo momento el Reino de Dios.  Hoy el mundo vive de espaldas a Dios y la mentira se esparce por doquier, muchos hijos viven muy superficiales apegados a las cosas pasajeras, con el afán del ser humano de creer saberlo todo, pero que en realidad no conocen nada. 

Las mentiras ideológicas que se esparcen por el mundo ofrecen vacío, soledad y la perdición eterna, por eso mis hijos, he venido por Santa Voluntad de Dios visitando las naciones para recordar lo que realmente es importante, para conducir a Dios a todos mis pequeños hijos que vagan desorientados y heridos por el pecado. 

Soy madre de todos los pecadores y Dios me ha constituido puente de gracia para atraer muchas almas a Él, no desprecio a ninguno de mis hijos, todos tienen lugar en mi Corazón. 

Ciertamente como madre sufro al ver aquellos hijos que son esclavos del pecado y tienen el corazón endurecido, por ellos continuamente lucho hasta lograr conducirlos al Cielo, porque el Padre tiene una morada especial para todos sus hijos.

Conviértanse mis pequeños, el mundo solo ofrece una felicidad pasajera que lleva al abismo, solo en Dios reside la verdadera felicidad que da plenitud a todos sus hijos. Déjense moldear y orientar, no tengan miedo, siempre estoy atenta a ayudar, escuchar y favorecer a todos mis pequeños, el pecado no es más fuerte que el amor de Dios, pues el amor de Dios transforma profundamente hasta el pecador más empedernido.

Pidan la fortaleza al Divino Espíritu Santo, para que les de la gracia de sacar de sus vidas todo aquello que les aparta de Dios y pónganse en camino con la ayuda del Señor, para dar la batalla contra el mal, ejerciten las santas virtudes, todo háganlo siempre abandonados en el amor y la misericordia de Dios, sabiendo que como hijos tienen un Padre que cuida de ustedes y está atento todas sus necesidades.

Pequeños luchen y perseveren en el camino constante de la confianza absoluta en Dios, como Madre les instruiré en este camino y les enseñaré con dedicación a cómo deben ser buenos hijos fieles a Dios y a la Santa Iglesia.

Tráiganme las flores de sus buenos actos y sus deseos fervientes de ser santos, ornamenten mi Corazón Inmaculado con sus oraciones y por el querer continuo de agradar a Dios en todo, son las más bellas y perfumadas flores que me pueden ofrecer, eso me hace muy feliz mis niños.

Es preciso que cultiven una vida espiritual sólida, con buenas bases cimentadas en Jesús mi Divino Hijo, aliméntense de la Palabra de Dios y los Sacramentos, cultiven la vida de santidad tomando el ejemplo de todos los santos que han configurado sus vidas según el Corazón de Dios.

Sepan que aun entre mis hijos hay quienes tienen una falsa imagen de Dios, como un Dios castigador, intolerante, con un látigo para castigar a los que no le corresponden y eso no es así, todo el actuar de Dios es movido desde el amor y la misericordia, pues Él es el amor y la misericordia misma y su justicia está cimentada en estos grandes atributos.

Dios es generoso y fiel, Él hace innumerables cosas para salir al encuentro de sus hijos, siempre respeta la libertad de sus hijos, Él no violenta a las almas, Él las conquista y las atrae a su corazón.

Así pues déjense amar y luchen continuamente para no faltar al amor y si caen, levántense y vayan a los brazos del Padre para que Él sane sus heridas y les ayude a vencer al mal y a la concupiscencia.

Mis niños, reciban en este momento mi abrazo maternal, sepan que los amo y eso jamás cambiará, vengan a la escuela de mi Corazón, allí los iré formando en hijos conformes al corazón de Dios.

Les bendigo con mi bendición maternal, amorosa y protectora en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.