Mensaje de María Santuario de Esperanza
- 27 de Diciembre de 2021
Amadísimos hijos, aquí estoy entre ustedes para animarles en el caminar, de forma muy especial en este tiempo de Navidad, hoy vengo a traerles a la esperanza misma, mi buen Jesús Niño, recíbanlo con alegría, abran sus corazones y déjenlo reinar.
Mis muy amados, la obra de la Fraternidad Misionera de mi Divino Hijo y mía, será dada a conocer a los pequeños y humildes de corazón, solo ellos podrán comprender la magnitud de mi llamado y podrán corresponder con fidelidad, pues los corazones soberbios nunca podrán entender este, mi llamado maternal.
Es por eso que a unos sí y a otros no, porque la elección corresponde a la Divina Voluntad de Dios, que ve lo más profundo del corazón de sus hijos y sabe darse por completo a aquellos que le buscan de todo corazón.
Mi amada Fraternidad, hoy quiero hacer un llamado concreto y especial a este movimiento de gracia: consuelen y amen al Sagrado Corazón de mi Hijo por medio de mi Inmaculado Corazón.
Esto quiero de mi muy amado movimiento, ejército consagrado a mi Inmaculado Corazón: con oración y con obras, sean consuelo y amor para el Sacratísimo Corazón de mi Divino Hijo, que tanto les ama.
Vuelvan a leer y meditar los mensajes que les he dado para que puedan adherirse a mi llamado maternal y así sus corazones puedan latir al unísono con el mío. Lleven con alegría el llamado que les hago y déjense sorprender por el inmenso amor que Dios les tiene.
A mis hijos que leen y siguen mis mensajes, les invito a peregrinar la Sagrada Imagen de mi Hijo Jesús Eternamente Joven y la de mi advocación como María Santuario de Esperanza, porque deseamos ardientemente tocar los corazones y derramar especiales gracias en los hogares que nos reciban con humildad.
Fraternidad Misionera recuerda este llamado, vívelo y afiánzalo sobre la roca: ¡Consolando y amando al Sagrado Corazón de Jesús por medio del Inmaculado Corazón de María!.
Mi amado movimiento, recuerden profundizar y formarse en la espiritualidad del amor y la misericordia, porque desde esta espiritualidad podrán llevar a plenitud y hacer vida el llamado a consolar y amar al Sagrado Corazón de Jesús por medio de mi Inmaculado Corazón.
Me hacen muy feliz, mis muy amados.
Reciban mi bendición maternal, amorosa y protectora en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.