Anhelo profundamente que las almas vengan con total confianza a mi Sagrado Corazón, que es eternamente joven, y vengan a tomar en este aposento de gracias todo cuanto necesiten, porque estoy deseoso de darme continuamente sin reservarme nada.

Deseo que el pecador se convierta y cambie de vida, yo lo alimentaré para que nunca más tenga hambre, porque soy la fuente de la gracia y de la vida.

Que nadie ponga pretexto para acercarse a mi Corazón, porque desde mi amor y misericordia deseo moldear a las almas para que vivan a plenitud la vocación de la santidad

Escúchame, rebaño de mi Corazón, desde el Sagrario te espero. No te resistas a mi amor y déjate amar, porque te he adquirido a precio de sangre con mi sacrificio redentor en la cruz.

Ven, pues, amado rebaño, y deja que tu Señor te revista y te santifique.

Mira que mi Corazón está abierto de par en par para que vengas a este aposento de gracia y bendición.

Entiende que me conmuevo desde lo más profundo de mis entrañas y deseo tanto la salvación de todos los que el Padre me ha confiado.

A ti que lees mis palabras, escucha mi voz y déjate conducir por la senda de la vida. Confía en mí, no temas, abandónate en este mi Corazón que tanto ha amado a los hombres.

Te bendigo en el nombre del Padre, del Hijo que soy y del Espíritu Santo.