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Cuadro María Santuario de Esperanza

Mensaje de María Santuario de Esperanza

Queridos hijos, contemplar mi imagen bajo el estandarte de María Santuario de Esperanza, expresa la piedad de la Iglesia, que desde los primeros tiempos, me honra de forma muy especial como la Madre de Dios.

Y también expresa la devoción que Dios ha querido instaurar en estos últimos tiempos a mi Inmaculado Corazón, devoción que también ha sido abrazada con amor por la Santa Iglesia.

Queridos hijos también quiero hablarles del Santo Rosario, pues es una poderosa arma de batalla para estos últimos tiempos, es por eso que en Fátima con insistencia les invité a rezar diariamente esta hermosa oración.

Por la recitación del Santo Rosario las almas alcanzan abundantes gracias del Cielo, es el medio por el que Dios ha querido dispensar continuos auxilios, fruto de mi intercesión maternal. Está hermosa oración es el puente directo de comunicación con mi Inmaculado Corazón.

Cuando rezan con piedad esta preciosa oración se unen a mí de una forma muy especial, de corazón a Corazón.

¡Oh hijitos míos!, si supieran cuántas bendiciones reciben y todo lo que sucede cuando recitan y contemplan los misterios del Santo Rosario, romperían a llorar al darse cuenta de cuánto amor les tengo.

Mis niños es por eso que el enemigo del alma no tolera cuando mis hijos se disponen a rezar, porque esta hermosa oración habla de todas la maravillas que ha hecho el Poderoso en mí y todas las que continúa haciendo en favor de todos sus hijos. El Santo Rosario destruye las maquinaciones del mal e instaura el Triunfo de mi Inmaculado Corazón y el Reinado del Corazón Eucarístico de mi Hijo.

Hijos tengan mucho ánimo, no dejen de recitar esta hermosa oración muy agradable a Dios y a mi Inmaculado Corazón, miren que los efectos en las almas son innumerables al orar con este poderoso medio, todos los que rezan con fe y devoción el Santo Rosario son revestidos con las virtudes que el Padre depositó en la Madre de Dios y Madre de todos los hombres.

Les doy mi bendición maternal, amorosa y protectora en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.