Mensaje de San Miguel Arcángel
- 25 de Abril de 2013
La Paz de Dios esté con todos ustedes.
Traigo entre mis manos de parte de Dios, la luz que disipa a las tinieblas, la luz de Cristo Victorioso, para vencer al mal en todas sus formas y manifestaciones. Esta luz que arde es el fuego de amor que brota del Sagrado Corazón de Jesús Eternamente Joven.
La humanidad vive apartada de Dios y los demonios se han esparcido para levantarse en contra de la fe, pero esta vez de forma más violenta. Muchos errores en contra de la fe y de la Iglesia encierra el relativismo, la cultura de la muerte y el ateísmo práctico.
El demonio continua lanzando sus dardos contra las almas y especialmente contra las almas que son fieles a Dios. Una gran persecución azota a los fieles cristianos; las virtudes están siendo pisoteadas; los falsos profetas guiados por satanás se han levantado para confundir al pueblo de Dios; la paz se ve amenazada por las guerras y las ansias de poder. Se levantan por doquier cultos a falsos dioses; los sacerdotes son perseguidos y calumniados; la Sagrada Eucaristía está siendo profanada por los herejes; el ocultismo se arraiga en el corazón de las personas; las fuerzas del mal se levantan en contra de los fieles a Dios y a la Iglesia.
El humo de satanás se mueve de forma escurridiza por los cuatro puntos cardinales de la tierra; se está perdiendo la fe y el respeto por lo sagrado; la doctrina de la Iglesia es descalificada y pisoteada; se ha desatado la gran persecución en especial y de forma más ruda contra los hijos de María. Las pestes se esparcen y los fenómenos naturales acontecen con más fuerza.
Por eso Dios me envía con la luz de la llama del Sagrado Corazón de Jesús Eternamente Joven para vencer a satanás y a sus secuaces, donde se encienda esta luz las tinieblas desaparecerán y la llama del Sagrado Corazón de Jesús iluminará los corazones y las conciencias. Esta luz combatirá todas las ardides que el enemigo pretende mover en contra de los hijos de Dios, esta santa luz victoriosa le hará frente al mal y hará venir de vuelta al redil a todos los que se han ido. Esta luz acompañará a todos los cristianos en el caminar, no temerán a los espantos nocturnos ni a las flechas que se disparan a pleno día.
La luz de la llama del Sagrado Corazón de Jesús viene a abrazar a toda la humanidad, a erradicar la frialdad del corazón de los hombres. Esta llama tendrá un fuerte impacto espiritual en la humanidad, que la razón de ustedes no logrará entender del todo.
Pues la luz del Sagrado Corazón ha sido suplicada por la Santísima Virgen para todos sus hijos, y a mí, pequeño y humilde servidor de Dios, se me ha encomendado la tarea de hacerla llegar a todos los hijos de Dios, por eso la llevo entre mis manos. También se me ha encomendado la tarea de custodiar y defender esta luz para que no sea corrompida
Oración para suplicar la luz de la llama del Sagrado Corazón de Jesús Eternamente Joven.
Amado Jesús te alabo y te bendigo, gracias por tu amor y tu misericordia.
En estos tiempos de gran tribulación vengo a Ti, pues Tú has dicho: !vengan a mí todos los que están cansados y agobiados y Yo los haré descansar!. Por eso vengo a Ti con suma reverencia y con suma confianza para suplicarte que envíes por manos del Arcángel San Miguel la luz de la llama del Sagrado Corazón de Jesús Eternamente Joven a esta vela que será encendida para gloria y alabanza de tu Nombre y para vencer al mal en todas sus formas y manifestaciones.
(encender las velas en este momento)
– Que tu santa luz, ¡Oh Señor!, ilumine mi conciencia y la conciencia de todos mis hermanos.
– Que tu santa luz emanada de tu Sagrado Corazón defienda de todo mal a la Santa Iglesia que Tú mismo compraste a precio de Sangre.
– Que tu luz renueve los corazones y los anime a crecer en las virtudes
– ¡Oh Señor! te suplico que al encender esta llama de tu Sagrado Corazón, sea iluminado y defendido de todo mal el espacio y las vidas de los que habitan en este lugar, aleja de nosotros las incidías del maligno, guárdanos en lo más profundo de tu Corazón.
– Ilumina a toda la humanidad, concede abundantes conversiones de corazón, levanta y fortalece a todos los fieles cristianos para que continúen perseverando en tu santo servicio.
– Con esta sagrada luz protege al Papa (Nombre…), a todos los cardenales y obispos que gobiernan y dirigen en tu nombre a la Santa Iglesia.
– Aumenta y santifica las vocaciones sacerdotales, religiosas y de servicio.
– Fortalece y anima a todos aquellos sacerdotes que se sienten solos y perseguidos, acompáñalos en el camino y santifícalos Señor.
– Con esta sagrada llama vence y debilita todas las herejías que pretenden destruir la fe.
– Que la llama de tu Sagrado Corazón, ¡Oh buen Jesús Eternamente Joven! destruya todos los altares de idolatría y ocultismo.
– Ilumina y guía a las naciones y a sus dirigentes para que sean siempre y en todo momento instrumentos de tu paz.
– Que esta sagrada llama traída de manos del Arcángel San Miguel sea encendida en reparación por todos aquellos tabernáculos donde se ha profanado tu Cuerpo Eucarístico.
– Señor Jesús que donde sea encendida esta sagrada llama el enemigo no pueda entrar ni mucho menos perturbar, consagra !Oh buen Dios! todos estos espacios para Ti, para gloria y alabanza de tu Nombre, líbranos de las asechanzas de satanás y de todos nuestros enemigos.
– Enciende también esta llama en nuestros corazones para ser portadores de tu luz, para que donde quiera que vayamos seamos vivos testimonios de tu amor y tu misericordia.
Y he aquí, la luz de la llama del Sagrado Corazón de Jesús Eternamente Joven, luz que ama a todos los hombres y vence al mal, luz que sana, luz que salva, luz que libera, luz que protege a los hijos de Dios, luz que ilumina las conciencias y concede la paz, luz reparadora por todos los ultrajes y ofensas que recibe el Señor en los tabernáculos, luz que disipa las tinieblas y a todas las herejías, luz que protege a la Iglesia y al Santo Padre, luz que viene a derrotar el relativismo, al ateísmo práctico y a la cultura de la muerte.
Gloria a Ti ¡Oh Jesús!, que tu Sagrado Corazón, que es Eternamente Joven proteja a todos tus hijos y los defienda de todo mal y de todo peligro.
Gracias por tus bendiciones, gracias por tu hermosa llama, gracias por escuchar las súplicas de tu Madre María Santísima, gracias por traernos por manos del Arcángel San Miguel esta luz que eres Tú mismo, que vienes a guiar a tu pueblo y conducirlo a la Patria Celestial. Amén.
Se finaliza con (1) Padre Nuestro, (3) Ave María, (1) Gloria y (1) Salve.