Muy amados hijos, les invito continuamente a la conversión, abran sus corazones al Divino Amor de Dios, sean arcilla dócil en las manos del Divino Alfarero, como Madre de todos siempre les conduzco a Jesús el Divino Alfarero.

También les recibo dentro de mi Corazón Inmaculado con todas sus alegrías y tristezas, virtudes y debilidades, incluso con sus pecados y desde este amor les voy transformando día a día para que echen fuera todo lo que no agrada a Dios y vivan en gracia.

En cada momento los voy conduciendo al Sagrado Corazón de Jesús y me da mucho gozo cuando mis hijos se confían a mis cuidados maternales, mi Corazón Inmaculado está abierto de par en par para todos.

Así que mucho ánimo mis pequeños, les acompaño en todo momento y nunca les dejo solos, siempre cuentan con mi Maternal compañía, una Madre nunca abandona a sus hijos, siempre está dispuesta a donarse por completo hasta ver a sus hijos plenamente felices.

Mi amor Maternal es un canto de esperanza para robustecer a todos mis hijos para que sean testimonios vivos del amor de Dios en medio de este mundo tan atribulado. 

Vamos con mucho ánimo hijos, oren con el corazón, como Madre de ustedes me uno a sus oraciones, oro junto a ustedes a la Santísima Trinidad, no desmayen y deléitense del Amor y la Misericordia de Dios pues su Amor y Misericordia es eterna y dura por siempre.

Les doy mi bendición maternal, amorosa y protectora en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.