Queridos y muy amados hijos los saludo, que la paz y el amor de Dios siempre esté presente en sus corazones.

Paz, paz, paz hijitos, sean portadores de la paz, la verdadera paz que solo Jesús puede darles, las naciones enteras están sumergidas en el odio, la división y en ideales falsos contrarios a Cristo Señor Nuestro.

¡Oh naciones enteras!, escuchen la voz de su Madre que los invita a la verdadera conversión de corazón, Jesús es camino, verdad y vida.

Vengan a Jesús con un corazón quebrantado y Él les dará del agua viva que brota para la vida eterna. Rechacen las ruidosas tentaciones del enemigo del alma, vénzanlo haciendo de sus vidas almas que frecuenten los Sacramentos y que continuamente oran, elevando sus plegarias a Dios.

Hijitos, los signos de los tiempos están dados alrededor del mundo, la misericordia de Dios continúa manifestándose en sus vidas, atiendan al llamado y renuncien con radicalidad a la vida de pecado, Dios quiere que todos sus hijos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.

Oren, oren mucho, realicen vigilias de oración y ayunen, pues de cierto les digo hijitos, que la oración vigilante y el ayuno tienen mucha fuerza en lo que pidan. Intercedan en sus oraciones los unos por los otros.

Prediquen y mediten la Palabra de Dios y háganla vida. Les bendigo con mi bendición maternal, amorosa y protectora, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.