Amadísimos hijos, perseveren en la oración y dispongan sus corazones para recibir al Espíritu Santo, quien con sus sagrados y benditos dones, viene para fortalecerlos en la fe y colmarlos de las santas virtudes. 

Preparen sus corazones con sencillez y humildad, para que Dios pueda obrar en ustedes según su Santa Voluntad. 

En estos tiempos de gran dificultad que vive la humanidad, donde las almas van por el mundo desorientadas y arrastradas por el desorden moral y la dureza de corazón, los invito con urgencia a volver a Dios con un corazón arrepentido; busquen siempre el bien y erradiquen de sus vidas todo aquello que no agrada a Dios.

Oren pequeños, oren y confíen en Dios, oren para que puedan perseverar y ser vivos testimonios del amor de Dios, oren para vencer el temor que les paraliza y les roba la paz, oren para que puedan recibir las gracias que son dispensadas por medio de la oración, oren para que en sus corazones y en toda la humanidad, se avive la esperanza que solo Dios puede dar, oren para ser fieles al llamado del Señor.

Con amor maternal, acompaño continuamente a todos ustedes mis hijos, y oro continuamente a la Santísima Trinidad por todas sus necesidades.

Reciban mi bendición maternal, amorosa y protectora, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.