Queridos y muy amados hijos! Que la Paz de Dios siempre esté presente en sus corazones. Pequeños, nuevamente estoy con ustedes impartiendo mi mensaje y bendición, cuánto los amo mis niños y cuánto deseo que vayan todos al Cielo, pero para ir al Cielo hijitos, deben acompañar su vida de buenas obras, siguiendo a Jesús de todo corazón.

Por esta razón los invito pequeños míos a cultivar la vida interior, crezcan cada vez más en la oración, pues mi Hijo Jesús los espera con los brazos abiertos en el dialogo sincero. 

El mundo mis pequeños necesita de cristianos firmes en la fe y entregados para trabajar en la viña del Señor por la Salvación de todas las almas. Respondan con prontitud de corazón al llamado de Dios, que resuena en sus vidas.

Hijitos sean promotores de la paz y de la justicia, no se igualen, ni mucho menos escuchen a aquellos que se complacen en el mal, más bien oren por ellos para que se conviertan sinceramente abandonando así la vida de pecado.

También quiero invitarlos a orar por la paz de las naciones, pues en estos tiempos la paz y el diálogo se ven amenazados por intereses particulares apartados del bien común. Tomen con mucha seriedad la oración de intercesión por las Naciones. Conviértanse hijitos y busquen a Dios de todo corazón.

Les doy mi bendición maternal, amorosa y protectora en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.