Mensaje de Jesús Eternamente Joven
- 21 de Agosto de 2020
Amado rebaño de mi Corazón, aquí estoy delante de ustedes para guiarles por senderos de paz, tengo sed de almas que correspondan a mi amor y se entreguen por completo sin reservarse nada.
Mi Corazón es un oasis donde pueden descansar, entren por las puertas de mi misericordia y búsquenme en todo momento, porque los tiempos están dados, no dejen para mañana la conversión, porque para mañana será tarde.
El Padre ha querido que les muestre mi Corazón Eternamente Joven, que palpita de amor por cada uno de ustedes, pero aún muchos corazones están endurecidos y se cierran a mi gracia.
Este es tiempo de reflexión para que vuelvan con el corazón contrito a la casa del Padre, pero aún no lo comprenden porque viven preocupados y entretenidos en miles cosas y pierden así el verdadero centro.
Sus apegos les paralizan, no han comprendido aún mi sacrificio de amor en la Cruz, ¿qué mas quieren los que aún dudan y permanecen sordos y ciegos ante mis palabras y mis obras?.
Me inclino hacia el pobre pecador con misericordia porque le amo. ¿Por qué se resisten entonces a mi amor? si me doy a ustedes sin reservarme nada. Me he quedado en el Santísimo Sacramento del Altar para darles vida en abundancia, les espero en el Sagrario todos los días, desde mi Corazón Eucarístico quiero bendecirles.
Sepan pues, que estoy aguardando pacientemente, porque no deseo la muerte del pecador, recuerden que no basta con decir «Señor, Señor», recuerden que vivir siendo esclavos del mundo tiene consecuencias graves para su salvación, si no se enmiendan.
Es por eso que congrego a todo mi rebaño y les muestro las bondades de mi Corazón Eternamente Joven, ¡cuántas gracias deseo derramar!. Si supieran cuánto quiero darme a ustedes llorarían de alegría, jamás despreciaré un corazón verdaderamente contrito y humillado.
Vienen tiempos difíciles y si no permanecen en Mí, sucumbirán. La humanidad vivirá tiempos de gran tribulación, pero no teman, si permanecen en Mí, lo repito, jamás sucumbirán. Permanezcan firmes en la fe y hagan vida mis enseñanzas.
Les bendigo en el nombre del Padre, del Hijo que soy y del Espíritu Santo. Amén.