Mensaje de María Santuario de Esperanza
- 20 de Junio de 2020
Mis muy amados hijos, me lleno de tanto gozo al ver como vienen con gran confianza a refugiarse en mi Inmaculado Corazón, a mi me complace ayudarlos y encaminarlos por la senda del bien, soy Santuario de Esperanza para todo el pueblo de Dios y ejerzo mi papel maternal custodiando y enseñando a todos mis hijos.
La Santísima Trinidad me ha constituido como Madre y medianera de todas las gracias, continuamente oro por ustedes mis pequeños, estoy atenta a todas sus necesidades e intercedo ante el Altísimo por cada uno, sepan mis niños que me intereso por cada uno de ustedes y que les acompaño, que nadie se sienta huérfano o desamparado.
Quien recurre a mí no debe temer, cuido con dedicación a todos lo que me han sido confiados, mi Corazón Inmaculado está colmado de Misericordia, les miro siempre con benevolencia, quiero llevarles a la felicidad plena que solo reside en Dios.
Mis muy amados, vivan con la alegría que debe caracterizar a los hijos de Dios y no se cansen de luchar, si caen levántense, sepan que Dios no es el acusador que espera a que se equivoquen para señalarles y juzgarles, tengan siempre en cuenta que Dios es el amor mismo y que no desprecia jamás a un corazón contrito y humillado.
Es tiempo que la humanidad entienda que sin Dios nada pueden hacer, es tiempo que reaccionen y dejen de vivir como esclavos del pecado, todo se complica cuando se alejan de Dios porque entonces se vuelven esclavos del maligno y sus maquinaciones.
Abran los ojos mis pequeños, ustedes han sido creados para que vivan en la santa libertad de los hijos de Dios, para que sean verdaderamente felices. Hijos tomen mis manos maternales y juntos caminemos con alegría, que sus vidas sean un reflejo del amor de Dios, los amo tanto y quiero que experimenten mi amor maternal constantemente.
Hijitos, estoy muy cerca de ustedes, nunca duden de eso, una madre nunca abandona a sus hijos, Yo nunca los abandonaré, háblenme con confianza, háblenme con el corazón, cuéntenme cómo se sienten, háblenme de sus penas y alegrías, me conmuevo al ver que mis hijos buscan refugio en mí, cuando con fe y confianza recitan el Santo Rosario.
Miren mis pequeños que el Santo Rosario los conecta directamente con mi Corazón Maternal, cuando rezan devotamente las cuentas meditando los sagrados misterios acontece una conexión mística entre ustedes y Yo, en un vínculo de corazón a Corazón.
Así que mucho ánimo, estoy con ustedes y como madre abnegada los defiendo de todos los que les quieren robar la felicidad y la esperanza. Doy gracias a la Santísima Trinidad por permitirme estar entre ustedes bajo el glorioso título de María Santuario de Esperanza.
Reciban mi bendición maternal, amorosa y protectora en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.