Mensaje de Jesús Eternamente Joven
- 18 de Marzo de 2020
Amado rebaño de mi Corazón, descansen en Mí y nútranse de mi amor y misericordia, vengan con total confianza y tomen del agua que da vida y vida en abundancia.
Que no se inquieten sus corazones, la duda y el temor no vienen de Mí, más bien, crezcan en la confianza al Padre que los ama con amor eterno y que siempre está atento a las necesidades de todos sus hijos.
Les invito constantemente y de forma muy especial en este tiempo, a que vengan a Mí con un corazón contrito y humillado, busquen mi rostro, Yo jamás rechazo a un corazón arrepentido, estoy siempre esperando a las almas con los brazos abiertos, no se obstinen en vivir lejos de mi casa, miren que el pecado engendra muerte, no vivan como esclavos del pecado.
Ustedes son herederos del Reino de los Cielos e hijos del Padre, no pongan su esperanza en alegrías pasajeras que no garantizan nada. Dichoso aquel que me busca de todo corazón y anhela vivir en mis moradas, deseo tanto que las almas confíen en Mí, me hiere tanto la desconfianza de aquellos que he comprado a precio de Sangre, hay almas que confían más en sus propias fuerzas que en mi amor y misericordia, que lo puede todo.
Está ingratitud lacera fuertemente mi Corazón, con mi sacrificio en la Cruz les mostré el amor tan grande que les tengo, con mi sacrificio redentor les amé hasta el extremo. ¿Acaso han olvidado todo lo que sufrí por amor a todo el género humano?, mis llagas y heridas inscritas en mi carne hablan del amor tan grande que les tengo, he dado la vida por amor a ustedes para que ustedes tengan vida eterna.
Contémplenme en la Cruz clavado herido y golpeado, ustedes valen mucho mi amado rebaño, mi sacrificio en la Cruz es una declaración de amor eterno para toda la humanidad, por mis llagas ustedes han sido sanados.
En los tiempos de tribulación no se inquieten:
– estos tiempos es donde la confianza debe ser más sólida y más fuerte,
– es el tiempo para ejercitar la lealtad que tanto me profesan,
– es el tiempo de orar y descansar en mi Corazón y hacer silencio para tan sólo escuchar los latidos amorosos de mi Corazón,
– es tiempo de confiar y darse cuenta de que sin Mí no pueden hacer nada,
– es tiempo de arrepentirse y enmendar sus vidas,
– es tiempo de ver y contemplar todos los prodigios de amor que realiza el Padre dando vida y restaurando a la humanidad herida,
– es tiempo de reflexionar y reparar el amor al prójimo que muchas veces entre ustedes es frío, frágil y poco cristalino,
– es tiempo que como pueblo de Dios mi amada esposa la Iglesia se una en un solo clamor y en un mismo sentir.
Amados, mi Corazón quiere reinar en sus corazones, abran las puertas de sus corazones, estoy deseoso de darme a las almas que me buscan de todo corazón.
En mi Corazón y en el Corazón de mi Madre hallarán la verdadera felicidad y la victoria ante todos sus enemigos.
Yo estoy visitando a mi pueblo, sanando los cuerpos y las almas, Yo soy la salud que tanto anhelan y necesitan, soy el Divino Medico de las almas, me compadezco de mi pueblo y salgo a caminar entre ustedes para darles vida, la enfermedad y la muerte no tienen la victoria, porque la victoria reside sólo en el Padre que es vida y vida en abundancia. Abran las puertas de sus corazones; familias, déjenme entran para reinar en sus hogares, junto a Mí nada hay que temer; familias, oren juntos, oren con el corazón y esperen en Mí, pues los que esperan en Mí jamás se verán defraudados.
Los amo con amor eterno y les doy bendigo desde mi Corazón, dándoles la salud del alma y del cuerpo que tanto necesitan. En el nombre del Padre, del Hijo que soy y del Espíritu Santo. Amén.