Mensaje de María Santuario de Esperanza
- 12 de Junio de 2019
Amados hijos, les invito a ser testimonios vivos del Amor y la Misericordia del Padre, abran sus corazones y renuncien a todo aquello que les aparta de Dios, el pecado desfigura a las almas y las cierra a la vida de gracia.
Me duele mucho ver la dureza de corazón que existe en algunos hijos que viven una vida gobernada por el pecado y que constantemente aún sabiendo que no están en lo correcto, continúan crucificando en la Cruz a mi Hijo Jesús y coronándolo de espinas.
¡Oh hijitos! conviértanse y busquen a Dios en todo momento, recurran confiadamente al Sacramento de la Reconciliación, recuerden que vivir en pecado es vivir en esclavitud y el Padre ha creado a sus hijos para que sean libres, para que vivan en la libertad que caracteriza a los hijos de Dios.
Recuerden que son hijos de Dios, vivan con alegría la dignidad tan grande de ser sus hijos y no se dejen engañar por el enemigo del alma que solo busca la perdición y la muerte.
Hijitos, Dios les bendice en todo momento y les ama, correspondan con generosidad al amor del Padre y vivan continuamente el llamado a la conversión, hay gran alegría en el Cielo cuando el pecador más empedernido se arrepiente de sus pecados y se enmienda, hablen del amor de Dios a los corazones endurecidos por el pecado y de la importancia de enmendar la vida desordenada.
Les doy mi bendición maternal, amorosa y protectora en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.