Mensaje de María Santuario de Esperanza
- 09 de Enero de 2020
Queridos hijos, los signos de los tiempos están dados y aún permanecen adormecidos e indiferentes, aún sus corazones continúan endurecidos, es preciso mis pequeños, que se enmienden y busquen a Dios de todo corazón.
La paz de las naciones está siendo amenazada desde hace mucho tiempo por intereses egoístas y hostiles, los distintos sucesos que acontecen es consecuencia del pecado, porque el pecado engendra mal y desgracia.
Hay hijos que culpan a Dios por el mal que acontece en el mundo y no se dan cuenta que Dios siempre quiere el bien para la humanidad, pero en cambio el género humano se empeña en pecar, dividir y destruir. El corazón corrompido y alejado del verdadero Dios, por quién se vive, suscita el mal que acontece y el enemigo se aprovecha de la frialdad del hombre para sembrar muerte.
Han echado a un lado los mandamientos de Dios y pretenden vivir en la mentira del relativismo práctico. ¡Oh hijos míos!, Dios es su Padre y quiere que sean verdaderamente felices, que caminen con esperanza afianzados en la dignidad tan grande de ser sus hijos, ¿por qué se empeñan en vivir como esclavos del pecado?, mi Hijo les compró a precio de Sangre y les liberó de la muerte, ¿por qué se empeñan en ir por la vida de espaldas a Dios?, ¿por qué rinden culto a falsos dioses?.
La verdad es una sola, mi Hijo Jesús es el camino, la verdad y la vida, Él es la única verdad, Dios Padre se manifestó plenamente en su Divino Hijo, Jesús es la imagen perfecta del Padre.
Abran los ojos hijitos y oren con el corazón, vivan con profundidad la oración, oren, oren mucho y recen el Santo Rosario, vayan a las Iglesias y oren a mi Hijo Sacramentado y pidan por la paz del mundo y por la conversión de los pecadores.
Les prometo hijos míos que quién rece con fe diariamente el Santo Rosario no perecerá, continuamente les comunicaré mi gracia. También refugiense en la Sagrada Eucaristía, que junto al Santo Rosario son los pilares fundamentales para permanecer firmes en los tiempos de tribulación.
Deseo tanto que las familias y las naciones vuelvan al rezo diario del Santo Rosario y a los pies de mi Hijo Jesús Sacramentado. ¡Oh hijos, no echen en saco roto las gracias del Cielo!.
Congrego a todo el mundo, a todos mis hijos y a mi muy amada Fraternidad Misionera a que desde hoy inicien y retomen el rezo diario del Santo Rosario, levanten con firmeza la Bandera de la Esperanza y pidan con fuerza a una sola voz el Triunfo de mi Inmaculado Corazón y el Reinado del Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús Eternamente Joven.
Quien rece el Santo Rosario diariamente con fe no perecerá y el enemigo del alma huirá. El Santo Rosario y la Eucaristía traerá las paz al mundo y a las familias.
Así pues, levántense y póngase en camino, dejen la parálisis espiritual, no pierdan el tiempo y trabajen por el Reino de Dios, recuerden que no deben temer porque estoy con ustedes, anuncien la Palabra de mi Hijo a tiempo y a destiempo, hablen sobre la conversión, hablen del amor y la misericordia de Dios y del llamado tan grande que les hace el Padre de volver a su Casa, de enmendarse y renunciar a la vida de pecado para vivir en la vida de gracia.
Atiendan con urgencia a mis llamados maternales y no permitan que el enemigo del alma les confunda, preparen sus corazones, prepárense como las vírgenes prudentes del Evangelio, tengan las lámparas encendidas.
!Que el Señor Jesús, mi Divino Hijo no los encuentre dormidos!.
Les bendigo con mi bendición maternal, amorosa y protectora en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.