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Mensaje de San Miguel Arcángel

Pueblo de Dios, despierta, ten ánimo y levántate, eleva continuamente oraciones, cánticos y alabanzas a la Santísima Trinidad, toma la armadura de la fe y porta con alegría la luz de Cristo que disipa las tinieblas.

Es tiempo de orar, de orar con el corazón tal como lo enseña la Santísima Virgen María, porque el mundo yace en tinieblas y se esparce por doquier graves herejías que van en contra de las leyes de Dios. Se pregonan continuas ideologías que buscan desfigurar a las almas y así aniquilar las enseñanzas dadas por Dios desde el principio.

Hay quienes viven apegados a los bienes temporales y creen vivir plenamente, olvidando por completo que son hijos de Dios y que la verdadera felicidad está en el Señor, que es la fuente del sumo bien y de la vida.

Llegará el tiempo en que aquellos que se resisten a rezar, rezarán, porque de lo contrario no podrán mantenerse en pie para continuar y sobreponerse a las tribulaciones.

Es tiempo de tomar conciencia de la conversión y no dejar para mañana el enmendarse, recuerden que Dios es fiel y rico en piedad y misericordia, pero deben abandonar las malas prácticas y convertirse, para que puedan ir a Dios con un corazón contrito y arrepentido, Dios jamás rechazará aquel que le busca de todo corazón.

Valoren la vida sacramental, para que puedan mantenerse en estado de gracia y así ser testimonios vivos del amor de Dios en medio del mundo que tanto lo necesita.

La humanidad vivirá acontecimientos dolorosos como consecuencia del pecado. Las ansias del poder y del tener, están gobernando a las naciones. Oren, oren continuamente porque la paz está siendo amenazada por intereses egoístas.

Ánimo pueblo de Dios y fortalece la esperanza, no temas, permanece al resguardo de los Corazones Unidos de Jesús y María, mira que quién permanece en el poderoso refugio de estos Gloriosos Corazones jamás deberá temer, porque nunca será defraudado.

Alabanzas y adoración a Jesús Sacramentado en todos los tabernáculos de la tierra.

Dios derrama su bendición como fuente inagotable.

Siempre acompañándolos, Arcángel San Miguel al servicio de Dios y de la Santa Iglesia.