Mensaje de María Santuario de Esperanza
- 22 de Junio de 2019
Pequeños y muy amados hijitos que conforman la fraternidad Misionera de mi buen Jesús y de mi Inmaculado Corazón, me complace mucho la respuesta generosa que han tenido a mis invitaciones, están llamados a ser un ejército de almas orantes que constantemente trabajen por el Reino de Dios y por la salvación de las almas.
La Colmena de Santidad que han de realizar una vez por semana, les introduce en la escuela de Mi Inmaculado Corazón, pues es refugio de amor donde serán formados en la fe, la esperanza y la caridad, así con perseverancia y sin desmayar serán conducidos al Sagrado Corazón de mi Hijo.
Hijitos, Dios ha querido que desde la oración sean antorchas encendidas con el fuego que brota del Sagrado Corazón de mi Hijo y de mi Inmaculado Corazón, para que así sean luz en medio de las tinieblas, haciendo vida la palabra de Dios y compartiéndola con sus hermanos.
Mis pequeños, el mundo vive desorientado, los errores y las abominaciones golpean los corazones de mis hijos, es preciso que las almas que se han distanciado de Dios y de su mandamientos se enmienden y vuelvan a la casa del Padre.
Es por eso que mis llamados maternales son constantes, porque muchas almas se pierden al vivir en pecado, recuerden que vivir en pecado sin arrepentirse ni enmendarse esclaviza a las almas, endurece los corazones y les priva del Cielo.
Ejército mío, están llamados a trabajar por el Triunfo de mi Inmaculado Corazón, mi Inmaculado Corazón triunfará, Dios así lo ha dispuesto y enviará al Espíritu Santo por medio de mi Corazón para que renueve al mundo y traiga un nuevo Pentecostés para fortalecer a la Santa Iglesia en estos tiempos de tribulación, mis pequeños he aquí que les preparo con gran gozo para recibir a mi Hijo que está para volver en Gloria y establecer el Reinado de su Sagrado Corazón Eucarístico.
Así pues Fraternidad Misionera, los he reunido en la escuela de mi Corazón porque Dios ha querido que en estos últimos tiempos, de forma muy especial, todos mis hijos sean formados y preparados dentro de mi Inmaculado Corazón, para que puedan vivir en gracia y vencer al mal.
Los amo mucho. Les doy mi bendición maternal, amorosa y protectora en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.